España refuerza su posición en el cultivo del olivar, almendro y pistacho
Por Juan Vilar, consultor estratégico.
La superficie de la tierra es de 149 millones de kilómetros cuadrados, si nos referimos a agricultura, el planeta cuanta con 5.100 millones de hectáreas, de las cuales, 1.100 millones de hectáreas, se dedican realmente a agricultura, lo que significa que la tierra cultivable del planeta tan solo es el 5%, y la cultivada el 1%.
De estos 1.100 millones de hectáreas cultivadas, cultivo leñoso permanente, supone ya casi 73 millones de hectáreas, 77% son explotadas en secano y, el restante, 23, a través de irrigación. De tal superficie, 73 millones de hectáreas, el olivar supone el 16%, el almendro el 3, y el pistacho el 1.
Si nos referimos a España, esta es una potencia en los tres cultivos mencionados, en el ámbito del olivo es el primer país por superficie con 2,75 millones de hectáreas, el 23% de la superficie de olivar del mundo, que da producciones líderes tanto en fruto, como en elaboración de aceite de oliva.
Refiriéndonos al almendro, España ostenta la mayor superficie de almendro del mundo con el 32% del total de la misma, siendo el tercer mayor productor de almendra del planeta.
En materia de pistacho, nuestro país supone el cuarto mayor país por superficie de pistacho del mundo, ostentando más del 7% de la misma, en el ámbito de la producción debido a la juventud de las plantaciones, aun no ocupa una posición relevante en el ámbito mundial.
De acuerdo con lo manifestado anteriormente, tan solo en el ámbito del olivo España ocupa la misma posición en superficie que en producción, sin embargo, en el cultivo del pistacho, y del almendro no sucede lo mismo, a tal fin, es vital escoger explotaciones adecuadas, variedades idóneas, la climatología e incluso, resulta fundamental la disponibilidad de agua, no obstante, productos como Terra-Sorb® radicular de Bioiberica también contribuyen a través de una mejor distribución radicular, e incrementando el poder de absorción, a iniciar de forma previa la producción de nuevas plantaciones, y homogenizar el valor de las cosechas.